Documental lleva el grito desesperanzado de Venezuela a los Oscar

Documental lleva el grito desesperanzado de Venezuela a los Oscar

Diario de Las Américas. 10 de enero, 2021. Por Johani Carolina Ponce. “Érase una vez en Venezuela: Congo Mirador”, de la realizadora Anabel Rodríguez Ríos, nos sumerge en la tragedia venezolana; la producción está inscrita en los premios de la Academia de los Oscar, como mejor película internacional y mejor documental.  Congo Mirador es una zona

Diario de Las Américas. 10 de enero, 2021. Por Johani Carolina Ponce.

“Érase una vez en Venezuela: Congo Mirador”, de la realizadora Anabel Rodríguez Ríos, nos sumerge en la tragedia venezolana; la producción está inscrita en los premios de la Academia de los Oscar, como mejor película internacional y mejor documental. 

Congo Mirador es una zona que se encuentra al sur del estado Zulia y a orillas del Lago de Maracaibo, en el occidente del país. Es un caserío de pescadores donde uno de los cinco fenómenos naturales más conocidos del planeta se puede observar a plenitud. Se trata del relámpago del Catatumbo, impresionantes relámpagos silentes que podrían semejar la Venezuela que clama por libertad con el desgarrador paso de los migrantes que deambulan por las gélidas montañas de Los Andes; el silencio letal de los que huyen y mueren en pequeñas embarcaciones por aguas del Caribe y en todos y cada uno de los que han tenido que dejar su tierra para escapar de un régimen cruel que ha azotado al país durante más de dos décadas.

El largometraje narra la historia de un pueblo otrora próspero, conformado por palafitos movibles [casas que descansan sobre pilotes o columnas, construidas sobre cuerpos de agua tranquilas como lagos y lagunas], y muy lejano a la idea de la pequeña Venecia. El pueblo se “sedimenta” con la división política que ha dejado el caos de la dictadura chavista y con el cambio climático que hace estragos y a todos nos afecta.

La cifra de venezolanos refugiados y los que han abandonado el país alcanza los 4,6 millones, según las agencias de la ONU para los refugiados (ACNUR) y los migrantes (OIM).

Ante la terrible realidad venezolana que se agudizó aún más el 5 de enero de este año, Rodríguez declaró a DIARIO LAS AMÉRICAS, vía telefónica desde Viena, que ella ha empezado a aceptar más y a pensar menos en la esperanza. “Lo que busco es aceptar la situación en toda su oscuridad. Como ciudadana y artista trato de asumir mi rol frente a esta situación, es el rol para el que me formé, que no es otro que contar historias. Me he dedicado a hacer documentales y decidí contar los que nos pasa tratando de entender qué significa y qué se puede aprender”.

A través de Congo Mirador, Rodríguez desea que las personas reflexionen. “Mi sueño es que muchas personas puedan ver la película, que la élite chavista la observe, los mueva y los lleve a la introspección. Mi sueño también es que el grito desesperanzado de Venezuela llegue a los premios Oscar”.

Rodríguez es comunicadora social graduada en la “Universidad Católica Andrés Bello” de Caracas, y egresada de la “London Film School”. A través de su lente cada venezolano se ve reflejado en las aguas de la cuenca del Lago de Maracaibo, cada uno es tocado por esa sociedad matriarcal que sigue reinando en Venezuela. Es la historia de Tamara Villasmil, la líder del partido de gobierno y la joven maestra del pueblo, Natalie Sánchez, una tímida opositora que también recoge conchas de mar para hacer souvenirs del Congo Mirador. Desde hace algunos años cineastas y fotógrafos se congregan en el Lago de Maracaibo para captar el fenómeno del Catatumbo, pero por la decadencia actual del país, el turismo fue mermando junto a la pesca y los pobladores. Paradójicamente esta debería ser una de las zonas con mayor calidad de vida de esa nación porque allí se encuentran las reservas de petróleo del Lago de Maracaibo.

“El arte mueve el espíritu y la mente. Me agarro furiosamente a esa premisa como una fe y junto a otros artistas venezolanos busco desarrollar otros proyectos, todos somos parias, así estemos dentro o fuera de Venezuela, y cooperamos unos con otros. También es fundamental la conexión con artistas de otros países. Fue así como logramos hacer esta película, por ejemplo, con la participación de Sepp Brudermann productor y editor de Congo Mirador”.

¿Cómo llega Congo Mirador a los Oscar?

La primera etapa consiste en un período de inscripción en las diferentes categorías. Nosotros estamos inscritos en mejor película internacional y mejor película documental.

¿Cuáles son los requisitos para poder inscribirse como mejor película extranjera?

Existen unos criterios para ser aceptados y en el rubro de película extranjera tu país debe nominarte, cada país tiene diferentes mecanismos. En el caso de Venezuela es una comisión que aglomera los gremios cinematográficos del país, y pese a la devastación todavía funciona y eligió a “Érase una vez en Venezuela: Congo Mirador” por unanimidad. Nuestra película ha tenido una presencia importante en algunos festivales de Estados Unidos como Sundance, donde fue estrenada y esto influyó en la decisión.

¿Qué se necesita para ser tomado en cuenta en la categoría documental?

Existen varias las reglas de la Academia, una de ellas consiste en un listado de festivales en los que tienes que haber participado, los escenarios que para ellos son relevantes como por ejemplo el festival Sundance y Hot Springs. En Hot Springs, festival de documentales más antiguo de EEUU, ganamos como mejor largometraje documental extranjero.

¿Qué sucede después?

Una vez que la película está inscrita (es el momento que estamos viviendo ahora) los más de mil miembros de la academia evalúan las películas, ellos en su mayoría están en EEUU, pero hay una representación mundial que va creciendo año a año y la idea de la Academia es que exista más participación mundial. Los miembros ven las películas en una plataforma similar a Netflix y cada uno de ellos tiene 15 votos. Hay más de 100 películas en cada una de las categorías en las que estamos inscritos. Aproximadamente entre los primeros 10 o 15 lugares son preseleccionados, digamos unas elecciones primarias (dice entre risas) y el 5 de febrero sabremos quienes son parte de esa preselección.

¿Después del período de preselección se pasa por una etapa similar?

Sí. Luego las películas pasan a ser nominadas a la contienda de los premios Oscar. A finales de marzo ya se saben las candidatas. Esa es la mecánica.

¿Es decir que en este momento es muy importante la campaña para que los miembros de la academia puedan ver Congo Mirador?

Sí, es una campaña de cabildeo para que los miembros sepan que la película existe y puedan elegirla. Esa campaña cuesta mucho dinero y por eso hemos lanzado esta campaña de recaudación de fondos.

Si deseas ayudar, esta es la información https://www.indiegogo.com/projects/help-once-upon-a-time-in-venezuela-to-the-oscars/x/25617419#/

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