El laureado activista opositor cubano Guillermo Fariñas se declaró en huelga de hambre y de sed después que fuera víctima el martes, estando esposado, de una brutal golpiza por parte de fuerzas antimotines que le fracturaron dos costillas y le dejaron la lengua ennegrecida.

Fariñas fue detenido por los represores cuando se encaminaba con otros compañeros a la 5ta estación de la policía en Santa Clara, donde reside, después que le dijeran que le iban a averiguar sobre el encausamiento en la provincia de Pinar del Río de un militante del Frente Antitotalitario Unido (FANTU) que él dirige y otro de la Unión Patriótica de Cuba.

Según dijo su madre, Alicia Hernández, a Radio Martí, el grupo fue detenido a las 9 de la mañana a unas tres cuadras de la unidad, y su hijo no fue liberado hasta después de las 5 de la tarde, cuando un auto policial lo dejó en su domicilio, doblado de dolor por las costillas fracturadas.

La Sra. Hernández dijo que su hijo recibió una golpiza como hacía años no le daban, y que fue también objeto de muchas vejaciones.

Fariñas relató luego los hechos con lujo de detalles a Radio Martí: