febrero 17, 2022. Redacción Radio Televisión Martí La activista anticastrista Anamely Ramos convocó desde el restaurante Versailles en la Pequeña Habana de Miami a una protesta pública para este viernes a las 5:30 PM frente a las oficinas de la empresa American Airlines. Ramos pidió que los exiliados cubanos protestaran maleta en mano frente a
febrero 17, 2022. Redacción Radio Televisión Martí
La activista anticastrista Anamely Ramos convocó desde el restaurante Versailles en la Pequeña Habana de Miami a una protesta pública para este viernes a las 5:30 PM frente a las oficinas de la empresa American Airlines.
Ramos pidió que los exiliados cubanos protestaran maleta en mano frente a la aerolínea estadounidense que le impidió abordar un avión con destino a la isla el miércoles por órdenes del régimen comunista, por su derecho “a regresar a Cuba y por la libertad de los presos políticos”.
Agregó Ramos que allí “frente a American Airlines permanecerían en vigilia hasta la noche”.
Ramos dijo que American Airlines no puede hacer lo que diga una dictadura y que “esto va a crear un precedente terrible a las personas que tengan residencia cubana y que salgan de turismo. ¿O más nunca van a regresar a su país porque la dictadura lo decide así?”.
American Airlines y otras aerolíneas consultadas por Televisión Martí han explicado que deben seguir las instrucciones de los países que reciben a los pasajeros. “Los requerimientos son determinados por las autoridades en el país destino, y deben ser acatados por las aerolíneas”, indicó IcelandAir.
La activista del Movimiento San Isidro mantiene firme su posición, según dijo a Televisión Martí, e insiste “en regresar a Cuba y que ahora mismo no contempla otra opción pese a la negativa de American Airlines”.
Entretanto, la activista está movilizando a los cubanos que viven fuera de la isla a reclamar el derecho de todos a volver a su país, con la etiqueta #DerechoARegresar.
Tras acaparar atención de los medios locales en el Aeropuerto Internacional de Miami el miércoles, Ramos se desplazó al restaurante Versailles, donde continuó recibiendo la atención de los periodistas, políticos locales y exiliados cubanos, así como declaraciones de solidaridad de los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, y de organizaciones como Human Rights Watch, Amnistía Internacional y PEN América.
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