CON TANTOS ENEMIGOS Cuando Barack Obama dijo «que los cambios estaban en manos del pueblo cubano» obvió decir que él ayudaría a que estos ocurrieran de la manera que previamente habían acordado en el ya consabido complot papá Francisco-Raúl-Obama, que, por cierto, el pueblo desconocía. Los cubanos que seguimos empecinados en esos cambios (al menos
CON TANTOS ENEMIGOS
Cuando Barack Obama dijo «que los cambios estaban en manos del pueblo cubano» obvió decir que él ayudaría a que estos ocurrieran de la manera que previamente habían acordado en el ya consabido complot papá Francisco-Raúl-Obama, que, por cierto, el pueblo desconocía.
Los cubanos que seguimos empecinados en esos cambios (al menos yo) no exigimos la ayuda del actual inquilino de la Casa Blanca, pero, por favor, es inconcebible el apoyo al régimen castrista, pues su legitimación por la primera potencia del orbe sirvió para que la Unión Europea levantara la Posición Común sin exigirle al gobierno cubano el respeto a los DD. HH, unido a la aprobación incondicional del resto de la comunidad internacional en momentos en los que la represión se recrudece.
Seamos claros: mientras USA impone sanciones a Venezuela, no toca a Cuba ni con el pétalo de una rosa. No importa que un barco con armamento cubano haya sido descubierto en el Canal de Panamá con destino a Norcorea, o que esa nación sea visitada en estos momentos por figuras importantes de la política cubana. Tampoco importa el éxodo que incentiva el gobierno cubano con la anuencia de USA, como buenos marrulleros sabrán «guardar bien la ropa». Recordemos el fusilamiento de tres infelices jóvenes el 11 de abril de 2003, cuyo propósito fue demostrar su voluntad de evitar la emigración aplicando mano dura. No debemos olvidar su macabro actuar ejecutando a cuatro militares, incluido el general Arnaldo Ochoa para librarse del escándalo en el que se vio envuelto el departamento MC. Así adormece a la opinión pública para camuflar su proceder. Dicho está en las concepciones ideológicas comunistas: «Los hombres no cuentan». Claro, exceptuando él o los que están en la cima.
Después de la Primavera Negra de 2003 jamás el pueblo cubano ha estado tan desprotegido. ¿A qué pueblo cubano se refiere Obama? ¿A los millones que desean irse? ¿A los miles que se juegan la vida en la selva americana o se lanzan al mar? Salvo los que se ven obligados a emigrar por el hostigamiento del régimen debido a su accionar político, a los demás no les interesa ser protagonistas del cambio, ven a los opositores como unos utópicos estúpidos que luchan contra los molinos, además, lo dicen claro: «Nos vamos por nuestra situación económica». Y es cierto, pues desde que tienen la primera posibilidad están de vuelta, no temen a las represalias.
Es cierto que el fracaso económico de las naciones se debe al diseño de la economía por parte de los políticos, pero también es una gran verdad al decir de Napoleón Bonaparte que «la libertad es un sentimiento de muy pocos hombres». Es fácil comprobar la desidia de las generaciones de cubanos que en los últimos años arriban a USA, su participación en las elecciones presidenciales es prácticamente nula, sin embargo, en Cuba sí lo han hecho en «elecciones» donde no conocen ni por quien votan. Cada vez entiendo menos. ¿Por qué no participan en la génesis del sostenimiento de la democracia en el país que han escogido para vivir?
La política de Obama, si no en intención, en la práctica ha sido un duro golpe para la oposición cubana. Mientras la población principalmente joven lucha con denuedo por abandonar el país, recibe todo un apoyo desmedido por parte de algunos sectores del exilio. Pongamos un ejemplo: los llamados 24 balseros del faro constituyen la primera noticia diaria en Radio Martí (la única verdadera fuente de información para el ciudadano común), es toda una odisea: abogados de lujo, plazos y más plazos, que si cuatro no aplican y serán repatriados, botellas con mensajes a la usanza de novelescos naufragios…¡Cuántos recursos! Mientras, infinidad de opositores no tenemos un centavo para hacer una denuncia. Da náuseas.
Sé que pueden acusarme de fomentar el desaliento y en política es contraproducente, pero soy consecuente con lo que pienso y constato. Voy a citar otro ejemplo para mí indignante:
El pasado jueves 30 de junio se presentó en la Embajada americana Juan Manuel Sarduy Segredo, invitado a un evento en EE. UU. Sarduy Segredo es un prestigioso masón que simboliza la lucha contra el totalitarismo en la región central y en Cuba, opuesto a la dictadura desde los años 60, fue fundador en 1987 del Partido Pro Derechos Humanos que dirigió Gustavo Arcos Bergnes, su vivienda ha sido el corazón de la disidencia en Camajuaní y aún permanece pintorreteada. Este hombre ha sido objeto de numerosos actos vandálicos. Pocos en Cuba cuentan con el historial patriótico del hermano Manolo, único del grupo que se presentó a la embajada estadounidense al que le negaron la entrada a territorio norteamericano.
El ciudadano común qué dice: «¡Desaprobaron a Manolo! Ustedes son unos bobos». Y desde su punto de vista (recordar que ellos ven a EE.UU como nuestros protectores) tienen razones, y es que en ese país están los mayores testaferros de este pueblo: Broche (jefe de la PNR en el municipio), el Rojo (un emblemático esbirro castrista), Humberto Montes de Oca (Alambrito, el terror de los campos aledaños a Camajuaní), la lista es interminable.
Estamos claros de que los cambios están en nuestras manos, pero con tantos enemigos…
Leonardo Rodríguez Alonso .
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