Después de décadas de dividir a los alemanes y al mundo en dos ideologías, el Muro de Berlín cayó por una revolución popular que barrió a la Europa del Este, la comunista.

El mundo cambió drásticamente. La ciudad más grande de Alemania se reunía, de hecho el país entero.

La onda expansiva de este evento llegaría a Moscú, derrocando el imperio comunista de la URSS, la Unión Soviética.

Los alegres berlineses, al desmantelar la pared con martillos, palas y  con sus propias manos, redefinirían el orden mundial en una jornada espectacularmente histórica.