septiembre 18, 2020.   Ricardo Quintana/ RTV Martí

Los contundentes informes sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela y Nicaragua emitidos esta semana en la Asamblea del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en Ginebra, Suiza, han dejado con la miel en los labios a activistas y entendidos dentro y fuera de Cuba, que aseguran que la isla ostenta un régimen mucho más cruel, represivo y sostenido que cualquier otro en el continente.

Entre factores que inciden en tales decisiones, mencionan deficiencias en los organismos de derechos humanos de la ONU y la inclinación política de sus funcionarios que cada vez son más reticentes a censurar directamente al régimen de Cuba.

“Conocemos que la Alta Comisionada de DDHH de la ONU, Michelle Bachelet, tiene ciertas afinidades ideológicas con la izquierda y el régimen castrista representa esta mitología en América Latina para algunas personas”, declaró a Radio Televisión Martí, Omar López Montenegro, Director de Derechos Humanos de la Fundación Nacional Cubanoamericana, con sede en Miami.

Es harto conocido la existencia en Cuba de detenciones arbitrarias, prolongados encarcelamientos en espera de juicio, abusos cometidos en el sistema carcelario, restricciones arbitrarias al derecho de reunión, la presencia de un partido único, la prohibición de asociación con fines políticos, la falta de reconocimiento de una prensa y sociedad civil independientes, mucho menos procesar propuestas provenientes de ese sector, entre otras acciones.

Pero dichos elementos no son suficientes si se compara con los casos de Nicaragua y Venezuela.

“Manifestaciones en las calles, asesinatos y torturas abiertos de estudiantes. La situación tiene que llegar a esos extremos tan grandes para que personas como Bachelet se vean obligadas a pronunciarse en el tema y proponer el envío de delegaciones a Cuba. Y esa es una de las deficiencias más grande que tienen los organismos de derechos humanos de la ONU”, dijo Montenegro, acreedor en 2018 del Premio Martin Luther King de La Unión Global por la Democracia.

En el informe sobre Venezuela dado a conocer en Ginebra, se reportó que tanto el gobierno, como los agentes estatales y los grupos que trabajaban con ellos han cometido violaciones flagrantes de los derechos humanos en ese país.

El texto indica que Maduro y los ministros del Interior y de Defensa tenían conocimiento de los crímenes.

El estudio identifica “patrones de violaciones y crímenes altamente coordinados de conformidad con las políticas del Estado” y añade que “parte de un curso de conducta tanto generalizado como sistemático, constituyendo así crímenes de lesa humanidad”.

Asimismo, menciona Ejecuciones extrajudiciales de las fuerzas de seguridad, detención, torturas y violaciones sexuales contra activistas de la oposición.

Sobre Nicaragua, se reveló que 94 personas percibidas como opositoras al régimen, entre ellas cuatro mujeres, siguen arbitrariamente privadas de libertad y que la Ley de Amnistía aprobada en junio de 2019 ha favorecido la impunidad de los responsables de graves violaciones de derechos humanos.

Asimismo, se informó de 44 mujeres muertas a causa de la violencia machista en 2019, cifra que el 30 de agosto de 2020 ya había sido superada con creces con un total de 50 féminas asesinadas.

Según denuncias, Cuba permite el ingreso al país sólo a determinados relatores e investigadores de la ONU a fin de ocultar sus actos delictivos para controlar a la ciudadanía.

CERRADA AL ESCRUTINIO DE LA ONU

“Cuba ha sido sumamente cuidadosa en a quién deja entrar y a quién no”, recordó el abogado mexicano René Bolio, presidente de la Comisión Internacional Fiscalizadora de Crímenes de Lesa Humanidad del Castrismo “JusticiaCuba”.

La Comisión ha recaudado información sobre acciones criminales cometidas por altos dirigentes del régimen, al extremo que ha acusado a 42 de sus elementos de delitos de lesa humanidad y solicitado a la Interpol que coloque a los imputados en su “lista roja”.

“La información está a disposición de cualquier autoridad. Tenemos de sobra (pruebas) para condenar a todas aquellas personas que han cometido estos crímenes y a sus cómplices”, indicó el jurista al tiempo que lamentó que la ONU no haya podido forzar a Cuba a abrirse y condena a Venezuela y a Nicaragua y no a Cuba.

Las denuncias de “JusticiaCuba” no han sido tramitadas ante la ONU porque no es una entidad competente para juzgar.

“Estamos llevando toda la información a tribunales nacionales e impulsando la creación de una instancia judicial autónoma en las Américas que pueda juzgar y condenar estos crímenes”, explicó Bolio.

La pandemia por el Coronavirus ha interrumpido y retrasado la gestión de “JusticiaCuba” que según el letrado, esperaba la constitución del tribunal para esta fecha.

“Se ha retrasado un poco para beneficio de los dictadores, pero no será para siempre. Espero que para el próximo año podremos estar hablando de grandes avances en este sentido”, aseguró.

CONTROL DE LA DIPLOMACIA CUBANA EN LA ONU

La diplomacia castrista ha sido efectiva a la hora de aplicar técnicas de manipulación y adquisición de aliados en los círculos diplomáticos en Ginebra, según la experiencia del exiliado cubano Luis Zúñiga, que en cinco ocasiones participó como asesor de la delegación de Nicaragua en la entonces Comisión de Derechos Humanos.

“No importa lo que suceda dentro de Cuba, como tampoco en China. Estos dos países tienen la experiencia de los aparatos de manipulación, amedrentamiento a nivel de organismos para coaccionar al sistema diplomático de naciones que pudieran reaccionar ante esta situación”, dijo Zúñiga, que en 2004 integró la delegación de EEUU en Ginebra, bajo la dirección del embajador Kevin E. Moley.

A Zúñiga le consta que diplomáticos cubanos controlan y obstaculizan la labor de importantes comisiones y subcomisiones encargadas de elaborar informes y denuncias.

“Ellos desaparecen los resultados de las investigaciones e informes, reducen la intensidad de cualquier reporte, manipulan las votaciones internas para la aprobación de los textos y eso lo he vivido yo”, recordó.

Una de los casos que presentó en Ginebra fue el de policías cubanos gritando, ¡Abajo los Derechos Humanos!—“y al final, no pasó nada”, lamentó el también ex prisionero político, quien además precisó que dos terceras partes de los países que integran la ONU carecen de sistemas de gobierno democrático.

EEUU ha sido de los pocos que ha logrado articular una política consistentemente abierta ante las violaciones de las prerrogativas fundamentales en Cuba. Cabe recordar que en la desaparecida Comisión de Derechos Humanos Washington patrocinó 11 resoluciones de censura al régimen de La Habana.

En América Latina, Brasil y Chile encabezan hoy las críticas más severas al régimen, mientras que Vicente Fox, en 2003, pasó a la historia como el primer presidente de México que cambió el voto de su país en la condena a Cuba en Ginebra.

UN ACUERDO TÁCITO

Para el opositor cubano, Guillermo Fariñas, líder del Frente Anti -Totalitario Unido “FANTU”, la ONU y sus distintas ramas han sido tomadas por la izquierda internacional de manera solapada y que la condena a Venezuela y Nicaragua y no a Cuba, es una decisión banal.

“Todo el mundo sabe que quien asesora la represión en Venezuela y Nicaragua es Cuba, que es la cabeza de la serpiente”, dijo el Premio Sájarov a la Libertad de Expresión del Parlamento Europeo.

En cambio, otras entidades como la Organización de Estados Americanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Amnistía Internacional, Human Rights Watch, UN Watch, Freedom House y el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés) destacan entre las pocas entidades y organizaciones que han sido tenaces en reconocer, denunciar y condenar los abusos cometidos por la dictadura cubana.

A todas luces hay una manera diferente de tratar el caso cubano.

“Tiene que llegar una situación de que se cometan crímenes a cara descubierta para que entonces los organismos, en este caso, la oficina de la Alta Comisionada Bachelet, se vean forzados por la opinión pública internacional a emitir reportes”, remarcó Montenegro.

Pero Fariñas fue más allá en su tesis: “Evidentemente, por acuerdo tácito, Cuba es el único país del hemisferio Occidental al que se le permite actuar de esta manera. Nadie quiere que Venezuela y Nicaragua se consoliden como plataformas desestabilizadoras en la región”, sentenció el opositor cubano.