Cada año, unos 25 000 cubanos entran en Rusia como turistas, según datos de la Guardia Fronteriza rusa, gracias al acuerdo entre Moscú y La Habana MIÉRCOLES, 29 DE ABRIL, 2020 | 10:33 AM MIAMI, Estados Unidos.- En un extenso reportaje publicado este miércoles por el diario español El País, salieron a la luz las historias
Cada año, unos 25 000 cubanos entran en Rusia como turistas, según datos de la Guardia Fronteriza rusa, gracias al acuerdo entre Moscú y La Habana
MIÉRCOLES, 29 DE ABRIL, 2020 | 10:33 AM
MIAMI, Estados Unidos.- En un extenso reportaje publicado este miércoles por el diario español El País, salieron a la luz las historias de muchos cubanos en la Rusia capitalista que terminan explotados a manos de mafias que van de Moscú a La Habana y regresan.
Luego de pagar los 1500 dólares que les llevarán al país europeo y les dará hospedaje por un mes y un trabajo, muchos quedan a la espera de lo prometido, y en medio de la pandemia del coronavirus las grietas de este esquema de inmigración y empleo irregular han quedado a la vista.
“Te dicen que las plazas de trabajo se compran y que luego ya vas cobrando mes a mes”, contó al país Yunior Castro, uno de los cubanos que llegó a suelo ruso bajo esta estrategia.
Castro, un cubano de Isla de la Juventud que trabajaba en Cuba en la lavandería de un hotel, aterrizó en Moscú en diciembre y desde entonces obra con otros seis compañeros de piso, durante 12 horas al día en un edificio de oficinas.
“Escogemos Rusia por la facilidad para llegar, sin saber a qué nos exponemos aquí, la vulnerabilidad de no conocer el idioma, las costumbres, la explotación. Ahora lo único que buscamos es un sustento”, aseguró a El País Antonio, informático en una fábrica de cerámica blanca de Holguín.
La trata de cubanos a Rusia funciona de la siguiente manera: como el pasaje es muy caro desde la Isla, un intermediario compra el tiquete y se los envía desde otro país, por un poco más de dinero les promete alojamiento y trabajo, además de la solución de trámites burocráticos; sin embargo ese intermediario —cubano generalmente— lo que hace es proporcionar “fuerza de trabajo barata a contratistas informales rusos, armenios, azerbaiyanos o serbios que nutren de personal a obras por toda la capital”, sin contrato, seguridad o garantía de cobro.
De acuerdo al texto las obras en las que trabajan los cubanos de manera informal y donde recibían unos cuantos rublos de vez en cuando se han suspendido por el coronavirus. Sin trabajo no hay alojamiento gratis.
Cada año, unos 25 000 cubanos entran en Rusia como turistas, según datos de la Guardia Fronteriza rusa. Gracias al acuerdo entre Moscú y La Habana, no necesitan visado y pueden permanecer en el país euroasiático hasta 90 días; solo visitando, sin trabajar.
Pero muchos llegan para quedarse. El cubano Josué Pérez pagó, como muchos otros, “entre 5 000 y 7 000 dólares por cabeza a las mafias de tráfico de personas por el billete hasta Moscú y los papeles que en teoría les permitirían seguir hasta España o Italia; documentos que nunca llegan porque Rusia no está en el espacio Schengen y no se puede cruzar de manera legal”.
Los cubanos encuentran trabajos de 12 horas al día, todos los días a la semana, por 25 000 rublos, unos 300 euros, pero acceder a esos empleos no es gratis, aseguran a El País.
“Para poder trabajar deben pagar a un intermediario 3 000 rublos (37 euros), según distintas conversaciones online a las que tuvo acceso El País. Y otros 3 000 de ‘multa’ cada vez que se ausentan un día. En ocasiones, el pacto incluye que el primer mes es ‘de prueba’ y no se retribuye. El esquema es muy similar al de las mafias de la construcción, y los abusos son constantes, expone el abogado Carrazana”
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