La masacre de Orfila. Brindó la excusa al general Genovevo Pérez Dámera para desmantelar la expedición de Cayo Confites, bajo la premisa de imponer el orden en el desolado cayo Bajo el gobierno del Dr. Ramán Grau San Martín (1944-48) cobraron fuerza los grupos de acción en La Habana. Aprovechando la autonomía universatoria y otros
La masacre de Orfila. Brindó la excusa al general Genovevo Pérez Dámera para desmantelar la expedición de Cayo Confites, bajo la premisa de imponer el orden en el desolado cayo
Bajo el gobierno del Dr. Ramán Grau San Martín (1944-48) cobraron fuerza los grupos de acción en La Habana. Aprovechando la autonomía universatoria y otros amarres políticos algunos ocuparon posiciones claves en la policía, dentro de un esquema de reparto, cuyas rivalidades se resolvían ametralladora en mano.
Entre los más destacados, el Movimiento Socialista Revolucionario (MSR), liderado por Rolando Masferrer, veterano de la Guerra Civil Española, director del semanario Tiempo en Cuba y comandante en Cayo Confites, en cuyas filas militaban Manolo Castro ex presidente de la FEU, director de deportes de Grau y pieza fundamental en la expedición. Acción Revolucionaria Guiteras, encabezada por el Dr. Eufemio Fernández, médico, combatiente de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil española, comandante de batallón en la expedición, más tarde jefe de la policía secreta del presidente Dr. Carlos Prío Socarrás(1948-52). La Unión Insurreccional Revolucionaria (UIR) dirigida por Emilio Tro, con experiencia en la Guerra Civil española y en la II Guerra Mundial, director de la academia de la policía nacional.
Lo de Orfila fue el estallido, traducido en masacre de las rivalidades entre estos grupos, particularmente del MSR y la UIR, enquistados en la policía. Allí se enfrentaron el comandante Mario Salabarría y el comandante Emilio Tro que se hallaba almorzando en casa del comandante Morín Dopico, jefe de Marianao. En mayo de 1947 Tro había sido vinculado a un atentado contra Orlando León Lemus (El Colorado), pareja gansteril del célebre Policarpo Soler. La respuesta ocurrió el 5 de septiembre, cuando el auto de Tro recibió más de 60 disparos. La investigación de los sucesos encomendada al comandante Mario Salabarría estableció la autoría de Tro. La orden de arresto de Tro fue ejecutada por Salabarría con más de 200 hombres que después de un corto dialogo procedieron a ametrallar la vivienda en la que se encontraba Tro. La respuesta fue una balacera que duró tres horas. Enterado Pérez Dámera entonces en Washington, envió tropas del ejército, junto a 20 tanques y camiones blindados, para poner fin al enfrentamiento. Ya en fase de entrega de los sitiados, la esposa embarazada de Morín Dopico fue ametrallada junto a Emilio Tro, quien recibió una treintena de balazos. El balance de muertos y heridos dejado por estos “agentes del orden” estremeció la opinión pública y al estamento político. Grau retiró su apoyo a la expedición anti trujillista de Cayo Confites y Pérez Dámera, ya en Cuba, procedió a desmantelarla, incrementando su poder político y militar. Orfila fue el factor que puso fin a la aventura de Confites seis o siete días después.
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Sabiondo
March 19, 2024, 4:12 amCreo que Eufemio Fernández, fusilado en Cuba en 1961 por conspirar contra Castro, no era de ARG. Los jefes de ARG después de la muerte de su jefe Boheras (alias Manzanillo) fueron Jesús González Cartas (alias El Extraño) asesinado en Miami en 1976, y Orlando León Lemus (alias El Colorado) matado por la policía de Batista en La Habana en 1955 (otra fuente dice 1954).
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